sábado, 27 de abril de 2013

MI EXPERIENCIA EN TIERRA SANTA 3



Ir a Tierra  Santa  con la  agencia  Ain Karén

Soy  un sacerdote, que siempre me he  preocupado  por  visitar los Lugares Santos, no como simple  curiosidad, sino como algo que me ayudase  a  vivir más  mi vocación de  cristiano-sacerdote.

            Los  cristianos  actualmente   tenemos bastantes   oportunidades   de ver  “in situ” los Lugares Santos; pero   quizá cabría   preguntarnos  si  aprovechamos  estas oportunidades y qué  buscamos   realmente  en ellas. Ir  a los Lugares  Santos no es hacer  turismo, no es una  excursión  recreativa, sino algo más  y  sobretodo ese  algo más.

            Quizá  no somos  conscientes  totalmente  a la hora  de  valorar  y de distinguir los lugares  Santos  como simples  lugares  de una  gran belleza  y como  espacios  “Salvíficos”, donde  se han realizado  las maravillas  del Amor de Jesucristo hacia la humanidad.
            Acentúo  esta  diferencia, pues de aquí  se deriva  la peculiaridad, lo  distintivo, lo propio  de  visitar los Lugares  Santo con la agencia Ain Karén.

            He ido a estos  Lugares  dos  veces   con Ain Karén (Ya el nombre  es  bello y sugestivo). No descarto de mis propósitos   ir más  veces, pues   estas visitas  realizan  y uno  vuelve  con deseos  de ser mejor, de  “caer en la cuenta” de lo sucedido;  de la gran responsabilidad   en pro de uno  de tomar en serio ese  trozo de Historia, que sin dejar  de  ser historia, se  reviste  de algo misterioso,  trascendente, que no todos perciben. Ain  Karén ayuda  a  percibir  esto.

            La agencia  Ain Karén no tiene preferentemente  una finalidad  lucrativa; los miembros  de ella, empezando por el “animador” de la misma, no lo pretenden. Tiene una idea muy clara. Cuando se   trata  de estas cosas, de  estos asuntos, el dinero no  cuenta. De aquí  que no resulta caro el viajar  con Ain Karén.  El que Ain Karén  no pretenda   principalmente  el lucro, no quiere  decir  que sus  servicios no estén  a la  altura  debida. “De lo sublime  a  lo ridículo sólo ha un paso”; Ain Karén es sublime  en lo que ofrece, en la manera  cómo lo lleva   a la práctica. No quiero insistir en esto, sino en algo  ya apuntado anteriormente.
           
            Deseo ahondar en este aspecto muy peculiar  de la  Agencia Ain Karén; como todas las  agencias, también  ésta  se  recrea  en hacer ver a los peregrinos la  belleza  geográfica  del lugar. Tiene  buenos  guías, que  brillan por su cordialidad, por su capacidad  de acogida y por un fino respeto a la  fe  de los peregrinos;  pero sobretodo ahonda  en la dimensión salvífica de estos lugares.

 ¿Cómo lo hace? ¿ Qué  resortes emplea  para que el peregrino quede  impactado, hasta  seducido;  seducción, expresada  en la  emoción,  en alguna  lagrimilla, mezcla  de  acción de  gracias  y de  arrepentimiento, por  no saber  aprovechar la  gracia, que se palpa  en estos lugares  santos.

            Antes de  responder, podríamos   citar a San Agustín a la hora  de explicar qué es el tiempo: “Si me lo preguntas  no lo sé; si no  me lo preguntas,  lo sé”. Sé  que Ain Karén  logra  que  los  Lugares  santos, lo sean  por el recuerdo; pero también  ahora  y aquí  están como catequizando, santificando al peregrino. Yo   siento, lo intuyo; pero quizá no sé explicarlo, pues tengo la sensación que todas palabras  en esta  materia  son simples  balbuceos, que indican; pero no saben expresar  lo que uno quiere   decir. Consciente de  esta  incapacidad, me  atrevo solamente  a  presentar  algunos  rasgos de  este  buen hacer  de Ain Karén. Se palpa en esta   agencia cierto aire, hasta diría “cierto embrujo”, comenzando por  el primer  impulsor de la      agencia  y siguiendo  por  sus     colaboradores, de  comunicar  al peregrino la  trascendencia  del momento. Preocupa a la  agencia  Ain Karén   que el  grupo  caiga en la cuenta  de que  estos lugares  han sido  testigos  de  grandes hazañas; pero hay una hazaña, que se capta  mediante  el amor, la  limpieza, la  belleza moral. Ain Karén es una agencia “bella”, “limpia”, que contagia  deseos  de ser bueno  y que hace que el peregrino exulte  de gozo.

 ¿Quién no  recuerda  los cuentos, las anécdotas,  el  ver desde otro ángulo de visión lo ya visto para que el peregrino, si  antes no se diera  cuenta, ahora se dé?

            No se  trata sólo de leer  y cantar  lecturas y cantos, que  nos recuerdan   lo que pudo suceder,  sino  que     esta   celebración  sea  plegaria, sea petición al buen Dios, para que nos demos cuenta  de la  trascendencia de lo sucedido aquí hace ya mucho tiempo; pero que ahora  re  repite, se hace “memorial” que es algo más que  recordar.

 Ain Karén sacramenta liza   el  lugar  sagrado  para que  ahora   sea  eficaz la oferta  de Dios  a los hombres.

            Termino. Si alguien me pregunta  o me pide un consejo  con qué  agencia  ir  a Tierra Santa; siendo sincero  y valorando  la verdad, le diría: porque te aprecio, porque te quiero, no dudes, hazte acompañar  de  Ain Karén .

Luis Rubio 

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