martes, 25 de febrero de 2014

El origen de la Kufiya o pañuelo palestino. Por Emilio Pinto Febrero 2014


El origen de la Kufiya o pañuelo palestino. Por Emilio Pinto Febrero 2014



Había una vez un hombre palestino que fue encarcelado por el estado de Israel. Hay veces que las cárceles  encarcelan a la gente que no puede vivir en comunidad y otras , las menos, en las que los hombres son encarcelados por el daño que harían al gobierno desde su libertad. Nuestro palestino no había nunca matado, ni robado, ni incitado a otros a matar a nadie fuese judío, cristiano o americano. Nuestro Palestino fue encarcelado por prevención, esa palabra asquerosa que significa que sin hacer nada, sin ser nadie, sin pregunta ni respuesta, te llevan al “paredón” de la vida.
Y nuestro Palestino, que no tiene nombre, como las grandes personas que olvidamos para no actuar con lo que nos enseñaron, fue encarcelado por 20 años, años que se fueron alargando sin juicio y sin revisión de condena, algunos hablan de que pudo morir en la misma celda.
Una celda sin nada más que un ventanuco cerrado desde el que sólo se podían ver, muy a lo lejos, unos alambres de espinos.
Nuestro Palestino entró en la cárcel con una Kufiya roja que el tiempo se encargó en convertirla en negra y como poco a poco se le iba borrando su dibujo, nuestro Palestino decidió  que con una piedra afilada ir quitando el color negro de donde podía y dibujar lo único que tenía en su retina: una alambrada de espinos.
Cuando murió sus pertenecías, es decir su Kufiya o Hatta, fueron entregadas a sus hijos, y su hijo decidió llevar el pañuelo como lo que era: “el pañuelo del palestino que fue encarcelado por no hacer nada”, por no ser, como una reivindicación a todos los invisibles encarcelados injustamente.
No se trata de buscar ningún culpable, la mayoría de las veces los culpables son los sistemas que hemos inventado entre todos. Se trata de no usar las cosas sin saber que significan o usarlas por modas o lo que es peor, usarlas porque me combina bien con lo que llevo puesto.
Cada vez que te pongas un Pañuelo Palestino busca al hombre encarcelado injustamente, los Palestinos lo llevan para recordar que hay todavía un alambre de espinos que quitar y otro hombre encarcelado injustamente.
Confió en que algún día, aunque no cambie de color, ni de forma, lo lleven para recordar un pasado muy lejano.
Por cierto que nadie sabe el nombre del Palestino que con un pañuelo mugriento supo pintar espinos en sus picos.

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