CARTA A JUAN PABLO II

Carta a Wojtya desde Polonia Querido Juan Pablo II, querido Karol: Te escribo desde tu tierra pues todavía no he encontrado tu cielo. Que misterio tan grande puede ser que uno que se considere amigo de alguien que ni siquiera le conoce. ¿O sí me conoces? En realidad tampoco importa mucho. Te escribo para pedirte que nos inspires a todos entre los grandes problemas por los que nuestro mundo, y yo mismo, estamos atravesando: Primero: La muerte de millones de personas a causa del hambre y las guerras, al fin y al cabo por el odio y el egoísmo. Segundo: Los millones de desplazados en África, Oriente, desplazados que no tienen donde reposar la cabeza. desplazados y rechazados del mundo y a quienes ni siquiera dejan entrar en los portales de Europa a refugiarse ante el frío invierno que se avecina. Tercero: La grave crisis por la que muchos europeos están atravesando. No es que se vaya acabando el dinero, no. Es que los ricos son más ricos y los pobres más pobres... El rico no sabe ni cuanto lo es, su sed nunca se sacia, nunca tiene fin. Y hoy "rico" es quien no tiene que pensar en fin de mes. Y el pobre es que el llora por no tener nada para poner en medio del pan que le da a sus hijos. Trabajos explotadores, vidas explotadas, vidas sin nada más que hipotecas por pagar. Cuarto: Una lenta agonía de la fe. unos nos matan por ser cristianos, lo han llamado la primavera árabe, aunque yo creo que es su agosto. Pero esa agonía tiene mucho que ver con lo interno, con lo personal. A veces, no hace falta que nadie venga a matar nuestra fe, ya nos hemos encargado nosotros mismos de hacerlo. Entre tontería y tontería nuestra fe muere un poco más. Y quinto: La falta de esperanza, de sueños, de ilusiones, de trabajo... Ya es muy difícil encontrarse a alguien, aunque sea joven, que te hable de un proyecto, de una ilusión, de un nuevo trabajo que se le ha ocurrido. Perdona Juan Pablo por tanta tristeza y agonía en mi carta, es la tristeza y la agonía del momento histórico que nos ha tocado vivir. Yo estoy bien, me pregunto todos los días la razón de seguir aquí y todos los días encuentro una nueva. Gracias por haber estado conmigo hace un año en el hospital, de aquí de Cracovia, e interceder por mi vida. Gracias por seguir presente cada día en mi vida y gracias por la valentía que me das para volver y revivir el don de la vida, el don de la fe. No entiendo mucho de cargos en el cielo pero pronto te van a proclamar Santo y eso significa que más y más gente querrá saber cosas de ti, de tu vida, de tus palabras y escritos, de tu país. Solo viendo tu pueblo se puede entender muchas de tus maneras de presidir la Iglesia. Cuentan que una vez una mujer a lo lejos te llamó Santo y al escucharlo tú te acercaste a ella, la besaste las manos y la dijiste: "Yo soy un pobre pecador al que Dios se empeña en hacerme Santo a través de usted. Rece por mi" ¡Que suerte tener a alguien que rece por tu santidad! ¡Que suerte que se sepa a ciencia cierta que Dios nos quiere Santos! Estoy en tu tierra. Tal vez este sea tu cielo, aquí huele a tu infancia, a tu sufrimiento, a tu entrega, a tu teatro, a tu sacerdocio, aquí huele a ti. Y me rodean gentes maravillosas: Una monja feliz, muy ,muy feliz, un grupo maravilloso, un tiempo estupendo, una naturaleza exuberante, una ciudad presumida, un cuerpo débil y un espíritu preparado. Querido Karol, si puedes, te pido me enseñes a pedir perdón y a darme cuenta que siempre hay algo que cambiar. A seguir haciéndome preguntas de todo, a seguir caminando con la ayuda de todos los que me quieren sin yo merecerlo y a organizar las mejores peregrinaciones que pueda para que todos los peregrinos, te vean, te oigan y se contagien de tu alegría, entrega y de tu fe. Gracias Karol, gracias por mostrarte, gracias por todos esos curas santos que llevamos en el grupo y gracias por la gente buena que cada día nos acompaña. La mayoría de las cosas en la vida no salen bien o mal , para los hombres de fe, salgan como salgan, son parte del camino de Dios. ¡Estoy en tu tierra y ahora también sé que es tu cielo!