lunes, 26 de mayo de 2014

Visita del Papa Francisco a la Alacena de Dios


Visita del Papa Francisco a la alacena de Dios



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Dios ha guardado lo mejor de Él en Tierra Santa: Sus palabras, su mensaje, su Hijo y desde aquí ha viajado al mundo entero. Hoy el Papa Francisco vuelve al mismo lugar donde fue llamado Pedro para pastorear a sus ovejas, desde donde Francisco ha escuchado sus llamadas y desde donde se nos ha gritado a todos nuestro nombre.

No es un viaje político, es una Peregrinación, un encuentro con las verdaderas raíces de nuestra fe para seguir proclamando lo mismo que hace ya dos mil años:
Que el hombre y el amor están por encima de la ley. Jesús curo en sábado a un paralítico y esa fue la chispa que encendió a los judíos más ortodoxos de entonces para acusarle. Algo que recordamos en la Piscina Probática: “Levántate, carga tu camilla y echa a andar” (Jn. 5, 8) Seguimos poniendo leyes, concertinas y esclavitudes por encima del amor que se merece cualquier hombre del mundo.
O la cantidad de traiciones que siguen cantando los gallos en San Pedro in Gallicantu. Y las traiciones solo las pueden cometer los de dentro. “Y saliendo afuera, lloró amargamente...” (Mt. 26, 75) Algunos ya ni lloran, que poca vergüenza, se creen que con sus traiciones nos hacen un favor a todos. Existe hoy y para mi una traición inconcebible, esa es la traición al Santo Padre. Los patios del palacio de Caifas son hoy algunos lugares de las redes.
Los besos envenenados, los abandonos, como cuando algo no nos gusta, o cuando corremos peligro, cualquier peligro, el de nuestro prestigio, nuestra casa o nuestras comodidades e incluso nuestra vida, como en la Gruta de Getsemaní: “...Entonces los discípulos lo abandonaron y huyeron” (Mt. 26,56) ¿De qué huimos nosotros?
Es imposible seguir a Jesucristo sin amarle y para amarle es necesario saber lo que dijo y donde y por qué lo dijo. Hoy en el mundo necesitamos volver con el Papa a la palabra sencilla del hombre de la Galilea.Todos los los adornos, reglamentos, e inventos de los hombres quedan muy lejos de la Alacena y son difíciles de entender.
Pero: ¿Quién soy yo para decir cuales son los caminos a seguir? Solo quiero rezar para que el Papa vea las necesidades del hombre de hoy.
No podremos estar en el río Jordan donde el Papa recordará, como todos los peregrinos del mundo que llegan hasta ese lugar, el bautismo de Jesús de mano de Juan el Bautista. “El os bautizará con el Espíritu Santo y fuego” (Lc.3 ) pero desde aquí volveremos y volveremos a sentir el amor de un Dios que no se ha cansado de perdonarnos. Siete veces, no, setenta veces siete y más si hace falta.
todos los católicos del mundo se harán presentes en el Cenáculo, lugar de la Última Cena, lugar de la llegada de Pentecostés. Para decir que nuestro Papa no llega a esta tierra para hacer política pero si para defender al que sufre, sea cristiano, musulmán, judío, ateo o de cualquier otra religión del mundo. Para hacernos carne unos con otros y defendernos del individualismo, del materialismo, y de la invisible capacidad de manipular a los seres humanos.
Llega el Papa, cuando cerca de allí, en Siria, siguen de guerra, mientras al mundo le importa poco y mientras millones se refugian en Jordania. Llega el Papa mientras las niñas de Nigeria siguen sin aparecer y millones de vidas son vendidas por nada. Pareciese que la injusticia se haya hecho la monarca de este siglo.
Y aunque el Domingo tenemos elecciones Europeas, estoy convencido que las políticas dictadas por hombres con intereses partidistas, no nos llevaran a dar pan a quien no lo tiene. Prefiero seguir observando y escuchando a Francisco, al fin y al cabo, el tiene otro interés muy superior, como lo tiene mi párroco o mi obispo.
Espero que en esta visita a Tierra Santa ocurran dos cosas:
La primera: que anime a muchos a ir, Dios tiene algo que decirnos al oído a cada uno de nosotros.
Y la segunda: que sea un antes y un después para nuestra fe. ¿Es mucho pedir? La alacena de Dios está siempre repleta, basta con pedir lo que necesites.
“Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” (Mt. 16,17) Ahora nos toca a todos dejar que la edifique.
El Papa recorrerá la explanada del templo, el muro de los lamentos, y el Santo Sepulcro. Tiene tres días, es curioso esto de los tres días me recuerda a lo que ocurrió en Jerusalén hace dos mil años y muchos discursos que dar, estoy seguro de que no podrá complacer a todos.
¡Qué la Virgen lo proteja! que hay mucho loco suelto.

jueves, 1 de mayo de 2014

Ain Karen en Alfa y Omega.

Alfa y Omega, nº 879 / 1-V-2014, Raíces

La huella del Papa santo es especialmente patente en su patria. La Polonia castigada en la Historia y marcada por el yugo del nazismo y el comunismo, conserva una fe viva, alentada por la figura de Juan Pablo II. Seguir sus pasos es conocer, en cada rincón, el origen de su grandeza y su vida como cristiano en medio de un entorno hostil

Cracovia está marcada por san Juan Pablo II. «En esta pequeña capilla, de las Hermanas bernardinas, el Papa se escapaba a rezar ante el Santísimo Sacramento», cuenta Malgosia, una veterana guía, a los peregrinos. Esta iglesia, dedicada a san José, está justo enfrente del Palacio episcopal, una casa «con la puerta abierta a todos», como el mismo santo se afanaba en repetir.

La bella Cracovia no sufrió la devastación de la Segunda Guerra Mundial, y conserva todo su esplendor gótico, barroco y renacentista. Así, el peregrino puede seguir la ruta que realizó Juan Pablo II durante cuarenta años, mientras estudió, fue sacerdote, profesor universitario en la Jagellónica y después obispo. Un paso obligado es la Plaza del Mercado, la gran protagonista, con la basílica de Santa María en un lateral. Otro camino fundamental para conocer al joven Wojtyla es escaparse al Parque Nacional de los Pienines y descender en barca el río Dunajec, una de las excursiones preferidas del santo para rezar en su amada naturaleza.

El pueblo natal de Lolek -como cariñosamente le llamaba su familia-, a 50 kilómetros de Cracovia, es el núcleo de la devoción por el santo. Allí empezó la vida en la casa familiar, cerrada de momento, por obras que la convertirán en una casa-museo. Por ahora, el peregrino puede visitar la casa parroquial contigua, donde se conservan la cuna y decenas de recuerdos fotográficos. También varios objetos personales están expuestos en las vitrinas, que muestran cuán deportista fue en su juventud, además de su faceta como intelectual y escritor. En Wadowice también comenzó la fe, a escasos metros de su casa. Allí, en la pequeña parroquia de Santa María, se conserva la pila bautismal donde recibió el Santísimo Sacramento. En un ambiente de recogimiento y silencio, los vecinos veneran una reliquia del Papa. Un detalle para los más golosos: en cualquier pastelería se puede degustar un kremowski -pastel de crema y hojaldre-, el postre favorito del Papa santo.

A 15 minutos en coche de Wadowice se encuentra Kalwaria Zebrydowska, un santuario mariano que marcó profundamente al Papa. Hasta allí llegaban todos los niños que recibían la Primera Comunión, acompañados de sus madres, para ser consagrados a María. Lolek, que acababa de perder a su progenitora, fue de la mano de su padre, que le dijo ante la imagen de la Virgen: «Karol, ahora ella es tu Madre». En muchas ocasiones llegaría el futuro Papa a rezar hasta allí, y fue el lugar donde celebró su última Misa en Polonia. También mariano es el santuario de Jasna Góra, donde la Virgen Negra de Czestochowa, Patrona de Polonia, recibe cada día a centenares de fieles. Y el santuario de la Divina Misericordia, a las tres de la tarde, es parada obligatoria para rezar laCoronilla que santa Faustina Kowalska enseñó al mundo.

En la Varsovia reconstruida, donde la impronta de resistencia y tristeza del pueblo polaco inunda cada calle, hay rincones donde la fe infunde una alegría inconfundible. Uno de ellos es la tumba del sacerdote Beato Jerzy Popieluszko, capellán del sindicatoSolidaridad, asesinado por el Gobierno comunista. Hasta su parroquia, San Estanislao de Kostka, decenas de polacos van cada día a pedir su intercesión. Los alrededores de la capital también ofrecen al peregrino grandes retazos de Historia. No pueden dejar de acercarse al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, donde el dolor se masca..., y donde grupos de colegiales aprenden de los errores del pasado.

Para más información sobre peregrinar a Polonia:www.ainkarenviajes.es